En la actualidad hay muchos motivos que hacen relevante la labor del personal soldador en el proceso de construcción de un buque. Así, por ejemplo, la aplicación de excesivo calor a la hora de realizar una soldadura, debilitaría las propiedades mecánicas del acero que se pretende unir, pudiendo ocasionar a la larga daños estructurales que podrían incluso provocar el colapso de su estructura; o la utilización de un cordón de soldadura mayor al estrictamente necesario, añadiría un sobrepeso de su estructura que aumentaría los consumos de combustible.
1.Soldadura manual con electrodos revestidos:
Inventado en 1907 por el ingeniero naval alemán Oscar Kjellberg, es el proceso más habitual y conocido en el mundo de la soldadura. Los metales son unidos gracias al arco eléctrico -descarga eléctrica que se trasmite por el gas ionizado, que al mismo tiempo protege de la oxidación durante la operación de soldeo- producido entre el electrodo y el metal base que se calienta, originando la fusión de ambos. Al ser un proceso manual, tiene gran importancia la habilidad, conocimientos y experiencia del soldador para obtener un buen resultado.
2.Soldadura semiautomática con hilo continuo (MIG/MAG)
En este proceso se aportan por la misma boquilla, de forma simultánea, el gas protector (pudiendo ser gas inerte -soldadura MIG- o gas activo -soldadura MAG-) junto al material de aporte (que en este caso es un hilo continuo consumible que produce a la vez el arco eléctrico). Esta soldadura es muy utilizada para el soldeo del acero dulce del casco del buque (tiene bajo contenido en carbono), así como en acero inoxidable y aluminios de las superestructuras.
3. Soldadura con oxiacetileno.
Mediante un soplete que utiliza acetileno como combustible, se logra una llama de 3.500°C que permite realizar una soldadura autógena (soldadura por combustión) con o sin aporte de material.
Como conclusión, cabe destacar el amplio desarrollo que ha experimentado la soldadura durante el último siglo. Tal es así, que actualmente se pueden realizar trabajos de reparación de casco o de sistemas propulsivos incluso bajo el agua, robotizar la soldadura en talleres de perfiles acero dulce del casco –reduciendo con ello el error humano y maximizando los beneficios–, o incluso realizar soldaduras de diversos tipos de metales y aleaciones –como es el caso de la soldadura del aluminio de las superestructuras–.
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